Como curiosidades, deciros que el helicóptero que veis en el corto no fue alquilado por Muyfritzlang. Aquí todos trabajamos gratis. Os lo explicaré. Cuando habíamos acabado el rodaje, como si fuera un
del teatro griego, apareció un helicóptero que sobrevolaba la ciudad. Rápidamente cogimos tomas y así quedó.
(seleccionado en los festivales de Cinemadamare en Italia, en Noordelijk Amateur Film Festival de Holanda, Faludia Akademia Festival en Hungría y en FILMETS de Badalona. La televisión nacional de Bosnia y Herzegovina emitió también el cortometraje)

Mi cuarto cortometraje empezó a gestarse en Abril del 2006 en un viaje que realicé a Cracovia. Allí tuve la oportunidad de visitar el campo de concentración de Auschwitz y la suerte de poder adquirir en un mercado de antigüedades una postal de un prisionero, dirigida a su familia. Este documento y mi pasión por esta época terrible de la historia me guiaron a reescribir y adaptar cinematográficamente un relato que había escrito hacía muchos años. Mi idea era mostrar el sentimiento de culpa y la tortura que siente un individuo al enterarse de que su impecable familia guardaba un secreto que le perseguiría durante toda su vida.
Para ello intenté mezclar elementos ficticios del relato que escribí con la historia verdadera de este prisionero polaco. Cortometraje, hecho y dedicado con todo el respeto a todas las víctimas del nazismo.
Marco da Costa
MI PEQUEÑO BUBALÚ
Producido en colaboración, Muyfritzlang pretendía mostrar en este corto el mundo de la prostitución desde otro punto de vista. No desde las mafias ni a través de la explotación de las mujeres sino desde las personas que suelen acudir a estos locales. Para ello, utilizamos una cocina de un piso típico del Eixample con sus altos techos de morada burguesa, su chimenea y su pica de mármol para concentrar en un pequeño microcosmos las miserias de este mundo. La ridiculización del personaje masculino se potenciaba ya no sólo por lo que le hacían las prostitutas sino porque descubría que en un lugar tan insospechado como era un prostíbulo, su pasado no dejaba de perseguirle.
Se lo dedico a Ruggero Leoncavallo, compositor de la maravillosa aria que cierra el cortometraje. Nunca un aria había ridiculizado tanto a los clientes de los burdeles.
Marco da Costa
En este corto interactuaron, por una parte, las ideas de Marco en una de sus producciones, concretamente “El último favor”, y, por otra, una llamada telefónica que recibí hace unos años. La historia, totalmente real y que protagonizó la persona de la llamada, fue decisiva para crear una historia sórdida alrededor del mundo de la prostitución. El motivo de elegir tal actividad obedece a mis gustos cinematográficos, basados en historias costumbristas y cotidianas en las que siempre aparecen los bajos fondos. Los protagonistas de estas películas siempre son personas atormentadas por la vida y que, como héroes homéricos, no pueden escapar de un destino que ya les ha sido asignado. Un destino que, todo hay que decirlo, siempre será negro. Ya que he citado referencias clásicas, no puedo dejar de lado otra influencia que determinó el devenir de “Mi pequeño Bubalú”. Estoy hablando de Sófocles, el gran trágico griego, cuya obra “Edipo rey”, con su trama incestuosa, me impresionó ya en mi época de estudiante de instituto. Una vez que empecé los estudios universitarios y tuve el privilegio de traducir esta tragedia directamente del griego, la sorpresa se convirtió en devoción.
David Ruf
LA TERAPIA
Siendo otro cortometraje de encargo, el resultado final quedó más que “digno”, palabras que profirió algún pedantillo salido de alguna escuela de cine. La idea surgió de David Ruf que interesado en estos temas del más allá, quiso poner en práctica lo frágil que es la frontera entre la vida y la muerte y donde los espíritus se mezclan con los vivos con la misma naturalidad que lo hacía Mizoguchi en su obra maestra Cuentos de la luna pálida de Agosto. Agradecer a todos los actores ( lo mismo puedo decir en Mi pequeño bubalú) su profesionalidad y esfuerzo pero permitidme dedicar el cortometraje a mi sobrino Hugo, que con su pequeño papel demostró que con naturalidad e inocencia saber actuar ante la cámara no requiere cursos. Para el plano secuencia del interior de la clase quise, freudianamente hablando, que salieran todos nuestros miedos, deseos y esperanzas.
Marco da Costa
Realmente, cuando tuve la idea para este corto, me serví de los temas que me interesaban en mi adolescencia. La parapsicología, las psicofonías, los libros de Raymond Moody sobre las experiencias más allá de la muerte y más aspectos relacionados con estas materias que configuraron la trama de “La terapia”. Tampoco puedo obviar al creador de una serie norteamericana de los años 50 y 60, Rod Serling, que con su maravillosa “The twilight zone”, me enseñó a pensar en el ser humano y sus circunstancias, todo ello desde una óptica de ciencia ficción con finales sorprendentes e inesperados. Cuando se me ocurrió la idea, estaba en la sala de profesores de mi trabajo, y no dudé ni un segundo en fusionar todos mis intereses para crear una historia en la que me sentí como 15 años atrás, cuando devoraba todos los libros que llegaban a mis manos sobre temas paranormales. Fue como hacer un guión sobre mi propia vida, y estaré siempre agradecido a todos los que hicieron posible este corto por reflejar tan fielmente todos estos detalles.
David Ruf